Trump: un candidato muy peligroso

 

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Portada de la la edición de octubre de la revista literaria mexicana Letras Libres.

Dora Amador

No sé si es lástima o vergüenza ajena lo que me inspiran los cubanoamericanos que apoyan a Donald Trump. El martes estuvo de nuevo en Miami para reunirse con ellos y otros hispanos en el Koubek Center. Allí les volvió a prometer a mis compatriotas que si salía presidente jamás haría negocios con Cuba si los Castro no cumplen con sus demandas de liberar a los presos políticos y dar libertad al pueblo cubano. Los exiliados aplaudían combativos, decididos a votar por su candidato, que había venido hasta Miami para hablarles y solidarizarse con ellos. Incluso había tomado café en el Versailles. Es la segunda vez este año que Trump viene a Miami para ganarse sus votos mintiéndoles descaradamente. La otra fue el 17 de septiembre, hace dos semanas, cuando dio un discurso en el James L. Knight Center agitando a los exiliados beligerantes con sus palabras en contra de la dictadura castrista, prometiendo no establecer comercio alguno con los Castro. Qué vergüenza escucharlo y hoy saber la verdad.

Pero la más vergonzosa de todas las arengas, la que más asco le debe dar a cualquier cubano que haya estado o esté a favor del embargo –no yo, siempre he querido que lo levanten por completo y lo he dicho muchas veces a través de los interminables años que precisamente por el embargo seguimos aquí– fue cuando Trump vino en 1999 invitado por Jorge Mas, de la Fundación Nacional Cubano Americana, para decir que el embargo debía mantenerse hasta que Cuba fuera libre.

Seis meses antes, como ya todos deben saber por el scoop (“palo”) periodístico que de nuevo ha dado el reportero estrella de Newsweek, Kurt Eichenwald, Trump había enviado a Cuba un grupo de negociantes de su compañía Trump Hotels and Casinos, para ver cómo podía hacer negocios con Fidel Castro y abrir en la isla hoteles y casinos. Los invito a leer el artículo publicado el jueves en Newsweek: “Cómo la compañía de Donald Trump violó el embargo de Estados Unidos contra Cuba”. Pronostico que Eichenwald ganará premios nacionales por la cobertura de primera que ha hecho de los crímenes financieros cometidos por el candidato presidencial republicano, y los turbios negocios que tiene la Organización Trump con compañías extranjeras, algunos son países enemigos de Estados Unidos que le presentarían conflictos de intereses si sale presidente. Sabemos que el gobierno está investigando a fondo todo esto.

Y en exclusiva, Talking Points Memo dio a conocer ayer que el cuidadoso examen que lleva a cabo el fiscal general de Nueva York de la Fundación Trump, se está ampliando al descubrirse que, incluso después de iniciada esta investigación, Trump ha utilizado más dinero de su organización “caritativa” (dinero donado por otros, no por él) para resolver una disputa legal con la ciudad de Palm Beach. Trump ha usado el dinero de la fundación para comprar regalos y resolver otros asuntos personales.

En el artículo de opinión titulado Donald Trump proves he is unfit, unserious and unprepared on national security, publicado ayer en The Washington Post, Michael Vickers y Michael Morell detallan las muchas maneras en que el candidato republicano demostró en el debate presidencial lo incoherente y falto de preparación que está este torpe candidato para ser presidente.

Michael Vickers fue subsecretario de Defensa para Inteligencia de 2011 a 2015 y secretario adjunto de Defensa para operaciones especiales, conflictos de baja intensidad y capacidades interdependientes entre 2007 y 2011. Michael Morell fue director adjunto de la CIA desde 2010 hasta 2013, y dos veces sirvió como director en funciones durante ese tiempo. Ambos han respaldado a la demócrata Hillary Clinton para presidente.

De no perderse tampoco es el reportaje del periódico online Vox: Donald Trump’s history of corruption: a comprehensive review (La historia de corrupción de Donald Trump: una revisión exhaustiva).

Pero no quiero terminar sin darle mi más sentido pésame a Ted Cruz y a Marco Rubio, que respaldaron y votarán –dijeron– por el burro que a patadas acabó con el Partido Republicano, enhorabuena. Tampoco sin citar el final del artículo de Kurt Eichenwald en Newsweek en el que narra toda la indagación y descubrimientos secretos de la conexión de Trump con Castro (ese es el título de portada de la revista). Eichenwald se hace esta pregunta y con eso cierra el artículo: “Qué pasaría si los partidarios cubanoamericanos de Trump alguna vez se enteraran?” Y en un tuit tarde ayer dice Eichenwald: “Trump tenía mucho que ganar al romper el embargo contra Cuba y sólo podría perder si los votantes cubanoamericanos lo descubrieran. Oops”.

Yo le respondo: Muchos republicanos cubanoamericanos, inconscientes o indecentes, votarán por Trump aunque sea un peligro de dimensiones enormes para la seguridad nacional de Estados Unidos, como han afirmado decenas de expertos. Ahí sabremos cuánto amor le tienen a este país que un día muy lejano los acogió como refugiados políticos, se hicieron ciudadanos americanos y juraron defenderlo. No son ni cubanos ni americanos.

 

 

Destellos en la oscuridad

 

Testimonio de la refugiada Tamar Mikalli en la Oración Ecuménica de Asís

Dora Amador

Es como salir de una noche violenta en la que confirmas intenciones atroces, lo perverso lo llena todo y una desesperanza absoluta se te cuela en las coyunturas, los huesos, la médula ósea porque intuyes que ya no hay lugar para el amor, la bondad. Y de repente entras en la luminosidad de la verdad, la plenitud de la paz, la alegría de vivir confiada, la belleza y la misericordia te sonríen. Dos mundos que coexisten simultáneamente en este septiembre de 2016.

¿Tiene algún efecto la oración? Lo pregunta una creyente que duda.

El terror, la yihad; las grandes migraciones humanas de que somos testigos; más hombres negros desarmados e inocentes asesinados por la policía estadounidense; el más alto jefe de uno de los mayores bancos del mundo, John Stumpf, de Wells Fargo, despide a miles de empleados culpándolos de un crimen que solo él cometió para hacerse más rico, aunque gana al año $23 millones; la más alta jefa de una firma farmacéutica, Heather Bresch, de Mylan, multiplica hasta llegar a lo inalcanzable para la mayoría de los mortales el precio de una medicina que salva vidas, porque quiere más dinero, solo gana $18 millones anuales; el 1 por ciento de los seres humanos gana la misma cantidad de dinero que el restante 99 por ciento, lo informó el presidente Obama esta semana en la Asamblea General de Naciones Unidas, la indigencia del alma.

Un ex espía soviético decide que hará nacer la Madre Rusia que dominará a Eurasia, Vladimir Putin, el autócrata que ha puesto en marcha en la poética patria de Tolstoy y Dostoyevsky, Ahmatova, Nabokov y Solzhenitsyn la ideología de Iván Ilyin: “A través de Ilyin, el Kremlin transmite lo que ve como una ideología adecuada para hoy: un fuerte cóctel de odio inflexible hacia Occidente, la negación del carácter europeo de la civilización rusa a favor de métodos dictatoriales de gobierno, [el desprecio a las democracias], un nacionalismo rabioso y una pizca de teoría de la conspiración”, afirman Anton Barbashin y Hannah Thoburn en su ensayo Putin’s Philosopher: Ivan Ilyin and the Ideology of Moscow’s Rule, publicado en la revista Foreign Affairs. El historiador Timothy Snyder opina que Putin se ha puesto a la cabeza de fuerzas populistas, fascistas y neonazis de Europa. Este es el hombre que admira y desea imitar Donald Trump, el magnate del show y la mentira que promulga el odio y la xenofobia, posible presidente de Estados Unidos por la ignorancia u obstinación cerril, o la indiferencia de millones de estadounidenses ante el sufrimiento humano. La televisión y las redes sociales nos quitan el aliento con los sucesos que vemos a diario. ¿Qué papel desempeña aquí la oración a Dios?

El más importante, el imprescindible al que acudieron cientos de obispos católicos, pastores protestantes y patriarcas ortodoxos del cristianismo, rabinos e imanes, exponentes del sintoísmo, del budismo y de las religiones hindúes que no se rinden a la violencia, al odio y la maldad. Todos en la ciudad de Asís del 18 al 20 de septiembre para participar en el Encuentro Interreligioso “Sed de Paz. Religiones y culturas en diálogo”.

Los líderes religiosos de las comunidades suní, chií, cristiana y yazidí en el Medio Oriente emitieron el miércoles la Declaración de Viena “Unidos en contra de la violencia perpetrada en nombre de la religión” en el marco del congreso internacional organizado por el KAICIID (Centro Internacional Rey Abdullah Bin Abdulaziz para el diálogo interreligioso e intercultural).

Después de la reunión, el secretario general de KAICIID, Faisal Bin Muaammar, dijo que “hoy fuimos testigos de un motivo para albergar esperanzas: la convicción y decisión de líderes religiosos de muy diversos credos que afirman al unísono que ISIS y otros grupos extremistas no actúan en nombre de Dios”.

Y es en este septiembre que Abbas Shuman, el imán de la Universidad Islámica de Al-Azhar, en el Cairo, proclamó que organizará una conferencia mundial interreligiosa sobre la paz en Al-Azhar. Trabajarán para convencer a todos los políticos y líderes mundiales de adherirse a la cultura del diálogo serio y abandonar cualquier tipo de método violento para resolver crisis y problemas.

En Asís, en KAICIID y en Al-Azhar se reza intensamente y cientos de líderes mundiales proponen la cooperación en lugar de las guerras. ¿Por qué los medios de prensa no han informado a los ciudadanos agobiados y espantados de este país nada acerca de lo bueno y lo bello que también ocurre en nuestro mundo? Para los que tienen sed de paz, solo las religiones son fuente de esperanza.

Abre mis ojos, Señor, y cambia mi mirada para que mi corazón solo te busque a ti, ya que eres la fuente de toda verdadera alegría. Dame Señor tu mirada para ir más allá de la apariencia pesimista de la realidad; Tú, Señor, podrás cambiar mis tristezas y apatías en gozo y entusiasmo. Rezando voy.

 

El estigma devastador de las enfermedades mentales

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Fue un error incomprensible para mí que sabía bien que no era así, afirmar en mi columna del viernes pasado [Clinton: La salud mental tiene prioridad, Perspectiva, 2 de septiembre] que las enfermedades mentales “son males crónicos que hacen sufrir mucho, pero con tratamiento [la persona] puede funcionar normalmente, como lo haría un hipertenso o cardiaco tomando sus medicamentos”.

Esto no es cierto, alguien que padece de cualquiera de los males mentales que puse como ejemplo, los más comunes –ansiedad, ataques de pánico, estrés postraumático, obsesivo-compulsivo, fobias, ansiedad generalizada, bipolar, depresión, psicopatía, esquizofrenia, de personalidad y de límite de la personalidad (borderline personality), paranoia, delirante, etc.– puede mejorar su calidad de vida tomando los medicamentos indicados por el psiquiatra y mucho mejor si acude a terapia psicológica por el tiempo necesario, pero, como dije, estas enfermedades no son curables, son tratables y podemos afirmar que hay algunas personas que padecen un mal mental que jamás sospecharíamos que lo tienen. Hay otros, la mayoría, que aunque reciban el tratamiento que está hoy al alcance de la ciencia jamás podrían funcionar como una persona saludable en su trabajo, su familia, las relaciones sociales, etc. Muchos son homeless o están en prisión, y no buscan ayuda psiquiátrica ni está disponible. Los enfermos que viven en sus hogares tampoco han recibido un diagnóstico, mucho menos el tratamiento necesario para aliviar sus condiciones de vida.

Mi intención, como el de todos los que quieren ayudar a estos enfermos, fue darle fin a la vergüenza, el estigma que experimentan tanto el que sufre esta condición como su familia. Tratar de mostrar en su verdad desnuda los tabúes que se han creado al respecto y darles seguridad y confianza en sí mismos a los enfermos y a la familia para que busquen ayuda lo antes posible y la puedan encontrar.

¿Por qué una mujer u hombre con diabetes que necesitan insulina está cubierto por su seguro médico, mientras que esa misma mujer o ese hombre con una enfermedad de ansiedad o depresión o bipolar o maníaco-depresiva que necesita de medicamento no está cubierto de la misma manera, cuando esas enfermedades pueden ser controladas?

Lo que motivó mi error fue que, como sucede muchas veces, al querer enfatizar un aspecto del problema (que millones de personas con padecimientos mentales pueden tener una vida fructífera y más o menos normal, si está siendo tratada médicamente), olvidé el otro lado (que millones de personas con esos u otros trastornos jamás podrán llevar una vida normal). Quise sobre todo dar a conocer el plan integral de salud mental que anunció Hillary Clinton la semana pasada.

Hay dos elementos principales que se destacan en el plan de Clinton: el diagnóstico anticipado y la cobertura del seguro médico. Lo que llaman “paridad” o poner la salud mental en el mismo plano que la salud física y que la cubra el seguro médico de la misma forma, es algo que desde hace muchos años se debió hacer. Pero el Congreso ha frenado varias propuestas demócratas, incluyendo una de la misma Hillary Clinton cuando era senadora de Nueva York.

La candidata presidencial demócrata propone crear medios para la prevención del suicidio, así como una mayor financiación para la creación de centros comunitarios de salud mental, vivienda para los desamparados que sufren trastornos mentales y empleos para los que están capacitados para trabajar.

El plan tendrá una mayor financiación para que las escuelas puedan identificar a los niños que enfrentan problemas de comportamiento. Para ello es imprescindible emplear muchos más psicólogos y consejeros (counselors) en las escuelas. También se ofrecerán programas integrales de salud mental en las universidades.

Se promoverá el tratamiento del trastorno mental antes que el encarcelamiento, cuando el delincuente ha cometido algún crimen menor y sufre un problema de salud mental. Se prioriza el tratamiento sobre la pena.

En Estados Unidos cada año tienen lugar 38,000 suicidios: uno cada quince minutos, y es la tercera causa de muerte más común entre personas de 15 a 25 años. Hay que tener en cuenta que el 90% de los suicidios están relacionados con una enfermedad mental. Y no solo se trata de mortalidad, sino también de morbilidad. Casi un 30% de los discapacitados lo son por trastornos mentales.

Hay que hacerle frente a esta horrible epidemia que no ha recibido la atención ni el tratamiento que requiere para reducir el sufrimiento de millones de ciudadanos. Es justo y es necesario.

Clinton: La salud mental tiene prioridad

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El sábado una mujer iba para su trabajo alrededor de las 7 de la mañana cuando al cruzar una intersección, otro carro se llevó la roja y se estrelló contra el SUV que ella manejaba. El carro dio varias vueltas hasta que se detuvo. De milagro la mujer se salvó. Al ver al culpable del choque que se acercaba a ella apuntándole con un rifle automático, levantó los brazos para que no le disparara. En vano. El veterano de guerra de Irak, como después se supo, la mató de una ráfaga de balas y empezó a caminar por la calle con el rifle en las manos hasta que llegó la policía. Él es blanco, ella era negra, se llamaba Deborah Pearl, de 53 años, y tenía tres hijos y un marido; el accidente sucedió en Cleveland, Ohio. Sin embargo, creo que la raza no tiene nada que ver en esta ocasión con el asesinato. La causa radica en dos de los mayores problemas que tiene Estados Unidos: la salud mental y la fácil adquisición de armas de fuego. Creo que el veterano padecía de estrés post traumático y no recibía tratamiento.

Sobre la urgente necesidad de controlar la venta de armas de fuego he escrito en varias ocasiones; es imposible no reaccionar ante las matanzas con una de las armas que poseo: denunciar la situación a través de la prensa. Pero tengo un arma más poderosa: el voto.

He leído las plataformas políticas de los dos candidatos a la presidencia. Sobre el tema de las armas de fuego, Donald Trump recurre a la trillada y mal o astutamente interpretada Segunda Enmienda. “No permitiré que nos quiten nuestras armas”, dice el candidato republicano en donaldjtrump.com.

La de Hillary Clinton, traducida al español –no así la de Trump, por supuesto– explica que, entre otras medidas, le hará frente el lobby de la National Rifle Association. “Creo que las armas de guerra no tienen cabida en nuestras calles”, dice la candidata demócrata en hillaryclinton.com.

Clinton ha estado en contra de la venta de armas de fuego hace tiempo, ahora que tiene la probabilidad de llegar a la presidencia el asunto ocupa un lugar importante en su magnífica plataforma política.

La que ha sido una sorpresa fue su abarcadora estrategia para reformar el servicio de salud mental que dio a conocer el lunes. “Tenemos que hacerle frente a la crisis de salud mental en Estados Unidos y acabar con el estigma y la vergüenza asociada con el tratamiento”, dijo Clinton.

“Más de 40 millones de adultos y 17 millones de niños en Estados Unidos tienen enfermedades mentales. Demasiados individuos se encuentran solos a la hora de enfrentar este problema y muchos se hallan en circunstancias que complican su situación, como adicción a drogas y al alcohol, indigencia, encarcelamiento u otras enfermedades crónicas”, explica la propuesta.

Son más de 35 proyectos integrales los que forman esta visión muy humana y transformadora de Clinton para Estados Unidos.

En el que se refiere a salud mental, lo primero que se planea es promover la detección e intervención temprana de la enfermedad. La mayoría de las personas que padecen de un trastorno muestra señales a una edad temprana y sin embargo pocas reciben tratamiento. ¿Por qué no? Me he hecho esa pregunta asombrada de que, en realidad, la sociedad no ha considerado las enfermedades mentales como las demás, digamos, diabetes, presión alta, artritis, cardíacas, etc. El cerebro, ¿no es un órgano del cuerpo que se puede enfermar y por lo tanto hay que curarlo o tratarlo con medicamentos y/o terapia?

Para comprender a cabalidad la importancia de que se llegue a implementar este plan solo hay que tener algún familiar o amigo con una de esas enfermedades o padecerla uno mismo: ansiedad, ataques de pánico, estrés postraumático, obsesivo-compulsivo, fobias, ansiedad generalizada, bipolar, depresión, anorexia, bulimia, psicopatía, esquizofrenia, de personalidad y de límite de la personalidad (borderline), paranoia, delirante, etc. Son males crónicos que hacen sufrir mucho, pero con tratamiento puede funcionar normalmente, como lo haría un hipertenso o cardiaco tomando sus medicamentos.

La idea es integrar los servicios de salud mental al plan de salud de la nación. Algunas de las medidas son la prevención del suicidio, pagos más altos para los proveedores del programa de Medicaid, darle prioridad al tratamiento de la enfermedad antes que al encarcelamiento si la persona no ha cometido un delito grave y crearles oportunidades de empleo. Que los planes de salud provean los mismos beneficios para la salud mental que para otras enfermedades. Y se invertirá lo que sea necesario en la investigación científica del cerebro y en estudios del comportamiento humano.

La campaña política que vivimos a diario nos da una muestra de la necesidad que tenemos de esta brillante iniciativa de Hillary Clinton.