¿Será la invasión rusa de Ucrania el preámbulo de una tercera guerra mundial? | Opinión

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Los planes ulteriores del exagente de la KGB soviética, Vladimir Putin, actual presidente ruso, nadie los puede predecir ni adivinar. Lo intentan expertos politólogos, eruditos sobre el comportamiento del aspirante a emperador con ansias desmedidas de restaurar el imperio de la Gran Madre Rusia.

Inútil, varios jefes de Estado y altos funcionarios participantes en la Conferencia de Seguridad de Múnich, celebrada el pasado fin de semana, lo han afirmado de una u otra forma: no saben cuál es su agenda a largo plazo, aunque por sus palabras nostálgicas del desplome de la Unión Soviética podemos deducir que desea que volvieran a formar parte de Rusia. Ha calificado el hecho como que “la desaparición de la Unión Soviética es la mayor tragedia mundial del siglo XX”.

¿Qué persigue Putin? Sabemos que no quiere que Ucrania se haga miembro de la OTAN, ni que la OTAN tenga presencia en Europa del Este, que se eliminen todos los misiles colocados en los países de esa organización internacional que están a corta distancia de golpear a Rusia y quiere incorporar a su país la parte este de Ucrania, como hizo con Crimea. Pero con su actitud amenazante, ha logrado lo contrario: Ucrania, que no consideraba formar parte de la OTAN ahora lo pide a nivel nacional en amplia mayoría.

En el momento que escribo este análisis, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas está reunido y en una sola voz le pide a Putin que detenga la invasión. Pero sabemos que la toma de Ucrania es inminente. El hecho es de inmensas proporciones globales.

El pequeño eslavo en estos instantes ha de sentirse inmenso, teniendo al mundo en vilo. Placer, puro placer putinesco, que roza con la revancha por su pequeñez más humana que física: ciudades bombardeadas, millones de refugiados, cientos de miles de muertos.

Mucho se ha dicho y escrito sobre sus planes de anexarse a Ucrania —país de 42 millones de habitantes— y las devastadoras consecuencias que ese acto le traerá. ¿Alguien duda de que el conflicto puede escalar a una guerra nuclear? Yo no la tengo, las guerras se saben cómo y dónde comienzan, pero no cómo ni dónde terminan. Pasemos a ciertas conjeturas que considero bien fundadas.

▪ Ucrania puede ser el primer bocado. Pero el apetito no queda satisfecho. Los países bálticos y Polonia pueden ser la próxima mordida. Invadirlos, así como a Georgia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumanía, sería un logro maravilloso para él, nostálgico de la Cortina de Hierro que existió como bloque de defensa ante la OTAN durante el Imperio Soviético y la Guerra Fría. Pero esto no podría suceder, porque esos países de Europa del Este ahora son miembros de la OTAN, y Rusia sería atacada de inmediato. Entonces, ¿qué duda cabe que entremos de lleno en una Guerra Mundial?

▪ Hasta hace muy poco, la seria amenaza de la toma de Ucrania por parte de Rusia pensé que podría no ser más que un plan bien trazado de Putin para negociar gran parte de América Latina, y de esa forma ampliar y ejercer su poder en una nueva esfera de influencia en territorio muy cercano a Estados Unidos. Los mejores restaurantes de Miami Haz una búsqueda por barrio y por el tipo de comida que te apetezca LEER MÁS Por tanto, dando y dando: No invade a Ucrania, y a cambio la Gran Madre Rusia se extiende militar y económicamente hacia Cuba, Venezuela, Nicaragua, y posiblemente otros países. Territorios peligrosamente cercanos a Estados Unidos.

▪ Vladimir Putin, rabioso ante las sanciones que le ha impuesto Estados Unidos decide dar un paso de una trascendencia terrible: intenta derribar nuestra red eléctrica (grid), que es la generadora de electricidad en todo el país, la transmite y distribuye. Buscaría la impotencia de Estados Unidos al dejarlo a oscuras y sin un sistema de redes de comunicación y ejecución nacionales. Sabemos que somos vulnerables, pero que se ha estado trabajando intensamente en este campo, por tanto es poco probable que Rusia triunfe. Sin embargo, si el mandatario del Kremlin decide atacar cibernéticamente a Estados Unidos habremos entrado en una guerra nueva, tremendamente impredecible y que el temido botón nuclear sea el que, finalmente, se toque con fuerza.

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¿Cuán lejos puede llegar Trump?

 Dora Amador

trump

(CNN Español) — Lo que sucedió el fin de semana del 29 y 30 de enero en Estados Unidos nos muestra que Trump quiere continuar con su peligroso e incendiario discurso y que quiere un estallido social.

No exagero. Parecería que es un plan bien trazado y es mi intención alertar a aquellos que todavía no están aterrados con lo que está pasando en este país.

Expondré lo sucedido en varios estados que me dan alguna idea de lo que Trump pretendería conseguir: ¿quizás la irrupción de una rebelión, o tal vez una insurrección armada en todo el país para destruir la democracia e instaurar una dictadura liderada por Trump?

Sabemos que desde la Casa Blanca intentó socavar los resultados de las elecciones y que trató de truncar el camino de la democracia al no reconocerlos.

Por la cantidad de personas que asistieron al mitin de Trump del sábado 29 de enero en Conroe, Texas, (algunos medios reportan que fueron miles de asistentes, aunque CNN no lo ha podido verificar de forma independiente), podríamos pensar que el exmandatario cree que fue un éxito. ¿Qué causó en la gente esa demostración de adoración y seguimiento fiel a su líder? El discurso del que para ellos es un “héroe” y para mí, recordando a Joseph Campbell, experto en mitología, “de las mil caras”.

Advirtió Trump: “Si estos fiscales extremistas, despiadados y racistas hacen algo malo o ilegal, espero que tengamos en este país las protestas más grandes que jamás hayamos tenido en Washington, en Nueva York, en Atlanta y en otros lugares porque nuestro país y nuestras elecciones son corruptas”.

En otras palabras, Trump agitó a las masas, agitadas ya, para que salieran a las calles, tal y como lo hizo al incitar el ataque al Capitolio, el 6 de enero de 2021, para que desguazaran a todos los que se opusieran a su presidente republicano, convencidos como están de que no había perdido las elecciones en 2020, lo que es falso, porque insisten en la mentira de que hubo fraude por parte de los demócratas.

Solo cabe imaginar que los trumpistas que tomarán las calles, si al creador de “La Gran Mentira” (de que fue él quien ganó las elecciones, no Biden) lo encarcelan, habría llegado la hora de pelear, y a estas alturas sabemos que muchos podrían estar armados con rifles de asalto, pistolas y un temible etcétera, que incluye bombas y explosivos, como ahora sabemos que sucedió en las afueras del Capitolio durante la insurrección.

Es importante aclarar que el llamado hecho por Trump ese sábado aludiendo a “los fiscales despiadados” que lo quieren condenar, se refiere a la fiscal general del estado de Nueva York, Letitia James, que dice que ha identificado «declaraciones engañosas” de la Organización Trump sobre sus impuestos. El equipo legal de los negocios del expresidente ha dicho que su cliente no ha cometido fraude.

James le envió una citación para que testificara bajo juramento. La fiscal de distrito del condado de Fulton, Georgia, Fani Willis, solicitó y logró que un jurado investigador pueda citar a testigos en la pesquisa que ella lidera sobre el intento de Trump de anular ilegalmente el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 en Georgia. Trump dice que no ha hecho nada malo y que la investigación en su contra está motivada por factores políticos.

Ese es un crimen que en Georgia conlleva hasta 20 años de prisión. Willis ha pedido la protección del FBI tras las muchas amenazas, incluso de muerte, que ha recibidJunto a estas dos brillantes fiscales se encuentra también Alvin Bragg, fiscal de distrito de Manhattan y sucesor de Cyrus Vance Jr, quien inició una investigación contra Trump por presuntos fraudes en sus negocios, manipulación del valor de sus propiedades para ahorrar dinero en préstamos y evadir impuestos. De nuevo, Trump ha dicho que la investigación tiene una motivación política.

Algo más que dijo en su discurso incendiario ese sábado el expresidente es que consideraría indultar a los asaltantes del Capitolio si ganaba las elecciones de 2024, porque cree que han sido tratados injustamente. Ya se podrán imaginar la súbita esperanza que estos criminales convictos podrían experimentar al escuchar esa promesa.

¿Y qué decir de los que podrían andar sueltos preparados para hacer lo que sea por su jefe, que nos gobernó por cuatro años erráticamente, propagando desinformación, acercándose a polémicos líderes como Vladimir Putin y Kim Jong Un, que hacía muchas veces declaraciones racistas y xenofóbicas e incurría en abusos de poder?

Pero con el discurso de ese sábado en Texas no termina el peligro si no hacemos algo para evitar lo que podría avecinarse.

El domingo 30, Trump dijo en un comunicado que el entonces vicepresidente Mike Pence pudo haber cambiado los resultados de las elecciones y que tenía “el poder de hacerlo”. Eso es falso, según ha dicho varias veces el mismo Pence. También dijo Trump que quería que Pence lo hiciera.

A Trump no le importó en lo absoluto la insurrección sediciosa y terrorista que se desarrollaba en el Capitolio el 6 de enero de 2021. Sabemos que pasaron horas en las que vio por televisión los acontecimientos y no hizo nada, a pesar de que su hija Ivanka le rogó varias veces que detuviera aquello, según dijo Liz Cheney citando testimonios de “primera mano” sobre el momento. Le importó poco o nada que la turba buscara a su vicepresidente Mike Pence.

Y luego nos enteramos de que Trump evaluó muy seriamente algunas propuestas para apoderarse de las máquinas de votación. Fuentes cercanas al entonces presidente le han dicho a CNN que analizó seriamente los planes creados por sus asesores para usar el Departamento de Seguridad Nacional con el fin de apoderarse de las máquinas de votación para socavar los resultados de las elecciones. Según el diario, el entonces comandante en jefe rechazó hacer la solicitud al Pentágono, una idea que presentaron unos asesores. De igual forma, dice el periódico, el exsecretario de Justicia William Barr lo rechazó. Ninguno lo hizo, pero queda demostrado una vez más hasta dónde estuvo dispuesto Trump para hacer creer que quien ganó las elecciones fue él y no Biden, una mentira que muchos trumpistas creen ciegamente, como creen que no hubo intento de golpe de Estado.

El 8 de noviembre de 2022 serán las elecciones legislativas y de gobernadores en Estados Unidos. Faltan muchos meses, pero sospecho que el tiempo que queda será peligroso y violento. Así y todo, no olvidemos que en nuestras manos está, votando ese día contra viento y marea, que no triunfen los que anhelan con pasión desenfrenada destruir la democracia de la república. Que ganen los que creemos en la democracia, en la libertad, la justicia, la paz y el respeto a los derechos humanos.

A pesar de todo lo que ha dicho el que para mí es el peor presidente que ha tenido Estados Unidos, confieso que lo que más estupor me causa es la inmensa cantidad de republicanos, que opino que son inmorales, o que por su inmensa ignorancia votarán por Donald Trump si logra postularse y no está enfrentando investigaciones por los señalamientos en su contra.

Nota del editor: Dora Amador es periodista. Fue columnista de El Nuevo Herald por 20 años. Redactora de noticias y editora de redacción de reportajes en los noticieros de las 6 pm y 11 pm del Canal 23 de Miami. Fue documentalista del Canal 23 y del 51. Ha ganado cuatro Emmy por sus documentales “Cuba: del trauma al triunfo”. “Historia del exilio cubano 1959-1989″ y “La crisis de octubre”. En El Nuevo Herald fue ganadora del premio “Guillermo Martínez Márquez Excellence in Journalism Award”. Es autora del libro “La sonrisa disidente”. Los comentarios expresados en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora. Mira más en cnne.com/opinion

Mujeres en el presidio político cubano

Acabo de descubrir en ese extraordinario archivo que es Internet Archive, que el 27 de junio de 2021 la revista cultural Incubadora publicó este artículo en el que entrevisto a seis expresas políticas cubanas en El Nuevo Herald. Le agradezco a Incubadora su obra de rescate y actualización de una historia dispersa vital.

El 10 de marzo de 1991 El Nuevo Herald sacó este impagable dossier sobre las Mujeres en el presidio político cubano. Dossier que resumía los testimonios de América Quesada, Lidia González, Ofelia Duque, Luisa Pérez, Georgina Cid e Hilda Felipe junto a una introducción de Dora Amador. En el mismo, Amador denunciaba el olvido que había sufrido -hasta ese momento- el presidio político femenino tanto dentro como fuera de Cuba. (Agradecimientos a Salomé García).

Algunas personas me han pedido que publique aquí algunas de las columnas de Opinión aparecidas en el periódico El Nuevo Herald, de Miami, a través de los años. Con gusto lo haría, pero el periódico está rehaciendo su departamento online de Archivos y las he tenido que buscar en otras partes de la red. Resulta muy difícil, pues fueron 20 años de trabajo intenso. Tan pronto como El Nuevo Herald termine de renovar su Archivo, pondré links.

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