Richard Rohr, cómo me has enseñado. La transformación espiritual tan necesitada y buscada en mi interior la has provocado tú, y te he seguido como discípula que no quiere perderse una sola palabra escrita o dicha por su maestro, del cual depende grandemente su total entrega a un Dios redescubierto, el Dios que es la Trinidad. Ando leyendo lenta y gozosamente tu último y magnifico libro The Divine Dance. The Trinity and your Transformation. Motivo de esta entrevista que regalo a los lectores de este blog que quiere ser tantas cosas. Lo son, mi caminar diario, mis caídas y mi recuperación para levantarme, no sola, con la ayuda de la Trinidad de la cual descubro soy parte.
Richard Rohr, llegué a ti después del despertar que me causó Thomas Merton y Thomas Keating. Los tres más grandes místicos de Estados Unidos, sin duda. Qué suerte tuve de llegar los tres. O no ha sido suerte, claro, el por donde me ha guiado el Espíritu sin yo darme cuenta, es seguir tu propio ritmo interior, andar sabiendo que te conducen, siempre confiando. Confiar y amar, ahí radica todo, que te conduce hacer el bien, todo el bien de que seas capaz.