La vida de Adele en mí

 

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Acabo de ver La vida de Adele (La Vie d’Adèle). Supe de ella cuando se ganó la Palma de Oro, primer galardón del Festival de Cine de Cannes de 2013. Pensé ir a verla originalmente cuando la estrenaron en Miami en muy pocos cines, pero decidí que no la vería, a pesar de la crítica tan favorable que recibió, además de otros premios después del de Cannes, y por lo atractiva que fue la enorme publicidad internacional que recibió, no por el tema, porque nunca me han interesado las películas gays, las pocas que he visto son muy malas.  Ésta fue una excepción. ¡Y qué excepción! Felicito al director, Abdellatif Kechiche.

Ayer por la tarde, algo aburrida, me suscribí de nuevo a Netflix, y como siempre, lo primero que hago es ver lo que tienen en películas extranjeras. Hollywood ya no puede ser peor. Fue una sorpresa encontrarla en el primer lugar, tan rápido, pensé, si tiene menos de un año de estrenada. Por supuesto, la vi completa. Al terminar, sin comprender del todo lo que sentía, tuve la necesidad de ponerla en mi blog pero no para hacer una crítica de ella, sino para compartirla con otros e intentar explicarme cómo me tocó la fibra más profunda de mi ser, un ser que hoy rechazo. Busqué y la encontré en Youtube en francés con subtítulos en español, completa.

Sin escandalizarse por favor. Están advertidos. El filme tiene escenas de gran contenido erótico, pero no es en lo absoluto pornografía, son escenas sublimes de dos muchachas que se entregan apasionadamente a su amor.

lavidadeadeleLa vi con mucho interés, y me iba reconociendo en mis años de juventud y adultez, porque así se desarrolla la vida homosexual: primero inocencia, después amor apasionado de entrega a tu pareja con los conceptos de una vida normal, tradicional (amor, fidelidad, compromiso… ), pero no es así. La subcultura gay, que me repugna hoy, está llena de promiscuidad, infidelidades, y el eros se erige como algo tan poderoso que te destroza, ése fue mi caso. Ése es el caso de estas dos muchachas.

No sé si me explico. Al decir que me identifico con los dos personajes, la maestra y la pintora, es porque fui ambas en mi vida pasada. No voy a contar más nada, la/os dejo con la película magistral, ojalá entiendan porqué he dicho esto, que es poco, podría adentrarme mucho más en la psicología de las dos, pero no puedo ahora, me ha afectado esta relación tan hermosa que culmina en un  fracaso.

Las críticas de la película abundan. Prefiero que la vean y juzguen. Es maravillosa, pero como muchas obras de verdadero arte, te interpela, te cuestiona, y en este caso, me abrió más los ojos de los que ya los tenía ante el sufrimiento de las relaciones intensamente amorosas, y la separación. ¿Habrá algo más punzante, más letal al corazón que la separación? Como ellas, sufrí e hice sufrir. Sin quererlo de esa manera, fue la vida, digamos.

Y para la/os cubana/os que se cuestionan cómo se hace «T» («tortilla», en inglés hay algo vulgar similar cuando se dice «the l word» for lesbian), bien, aquí tienen la tortilla, insuperable.

 

Quitaron la película de aquí. Búsquenla en Youtube. «La vida de Adele» con subtítulos en español.

 

Este es el trailer:

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